Fachadas impresas en 3D, la so …

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Publicado en lunes, julio, 4th, 2016 in Rehabilitación de edificios . No hay comentarios


Parte de la necesaria reinvención de la industria de la construcción pasa por la innovación. La filial española de la empresa líder internacional LafargeHolcim ha elegido para ello la impresión 3D. En concreto, y como algo puntero en todo el mundo, la impresión 3D vertical.

En una fábrica en Barcelona dedicada a la línea de cementos y en otra en Madrid especializada en hormigón y morteros, la empresa trabaja en el proyecto 3DCONS. Su aportación en él es el diseño de nuevos procesos de construcción -tecnologías de escaneado 3D, por ejemplo- para que desde el diseño hasta la colocación esté manejado por un mismo software. La parte final del proceso la realizaría una impresora en 3D que haría parte de su tarea mediante la impresión horizontal -impresión 3D convencional- o vertical, que implica crecer de la fachada hacia fuera. Es decir, que el material desafíe a la gravedad como ocurre con las famosas las Casas Colgadas de la ciudad de Cuenca, en suspensión en el aire.

Todo en condicional, dado que esto está siendo testado en los laboratorios de la empresa. De momento, tal como presenta la jefa de desarrollo de productos especiales y laboratorio central, Marian Vidal, no hay nadie que lo esté haciendo.

Tanto esto como el software serían «una aportación muy importante a la rehabilitación energética de fachadas». Primero, porque permitirá hacer un escaneado de la fachada y saber en qué punto hay más pérdida de energía o qué zonas necesitan más rehabilitación. Segundo, porque añade la posibilidad de imprimir con distintos materiales. Y tercero, porque puede trabajar con todos ellos a la vez.

«Actualmente, cuando se rehabilita energéticamente una fachada se utiliza el mismo material en toda ella y con los sistemas clásicos de andamio y colocación» asegura Marian Álvarez, «esto se podría hacer con impresora y, además, se ahorraría mucho material por la capacidad de emplear aquel se necesite en cada zona específica».

En resumen, de aquí al año 2018 se espera poder patentar un proceso de construcción que podría revolucionar la industria de la construcción como la conocemos. Y acercarla, poco a poco, a una automatización menos costosa, ruidosa, con menos residuos y mejor mano de obra.

Fuente: http://www.elmundo.es


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